Tus tacones y un 'te quiero'. Besos hechos cenizas. Esas noches de pensarte se acabaron.
Te cambié por whisky barato, música de los 70's y una libreta con la mitad de las hojas arrancadas.
Cada lunar de tu cuerpo otra nota, cada beso que me diste otro hielo en mi cubata, cada promesa que me hiciste otro tema.
Cuando tus piernas dejaron de temblar al notar mis manos supe que ya no significaba nada.
Ni más caricias entre sábanas ni más promesas entre besos.
Tú seguiste siendo la misma cría de la que me enamoré, yo lo poco que hice fue cambiar.
Para bien... para mal... El barrio nunca nos enseño que era el bien y el mal.
Cada uno cree que sabe lo que son, pero aquí nadie sabe y nadie se molesta en preguntar.
A nadie le importan tanto los demás como para preguntar si lo que está haciendo es bueno.
Tú sigue con tus rabietas, tus novios de una semana y tus lágrimas los findes.
Yo prefiero consumirme y desaparecer junto a las cenizas de este cigarro.
Perfecto.
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