sábado, 15 de octubre de 2011

Musa

Esos tacones que se clavan como agujas del reloj. Esos que te quito para olvidarnos de las prisas.
Esas piernas tuyas que tanto me fascinan. Largas, perfectas, casi interminables.
Tu piel morena que se desliza junto a la mía. El deseo de pasar una noche eterna entre tus sábanas.
El no dejar de pensar en tus curvas. Nunca una silueta se me marcó tan a fuego.
Una sonrisa tuya que ilumine y le quite las telarañas a mi cora.
Lo de querer perderme entre tu pelo y acabar junto a tus labios.
Bésame, chica, que la noche es joven y aún queda whisky.
Lo de emborracharnos para no tener que justificar con sentimientos.
Yo no necesito escusa para hacerme dueño de tu cuerpo.
Hazme tuyo que tú ya eres mi musa.
Yo el poeta obsesionado y tú sin querer acudir.
Atúrdeme con tus besos antes de llevarte mi cora.
Fóllame primero, que en parte es lo que quieres y creo que ya no hay prisas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario